lunes, 23 de mayo de 2011

A la rubia interior

Hay veces en la vida (esperemos que pocas), en las que no importa cuanto ames, cuanto extrañes, necesites o hagas para demostrar todo eso. De nada sirve que se vean lindos juntos, que compartan un montón de intereses o hasta que escuchen la misma música. Tampoco influye que sepas cocinar, coser y bordar. Mucho menos que intentes, como nunca antes, que la cuestión funcione.

Hay veces que, a pesar de que no le encuentres explicación o no parezca tener lógica, él simplemente no te quiere.

No es porque no seas más alta, ni más flaca, ni más inteligente, ni que hayas estado con menos chicos. Ni siquiera todos los errores que podés haber cometido tienen la culpa.

Así que basta de llorar, de preguntarse por qué y de revisar el celular cada media hora en caso de que "se haya dado cuenta cuanto lo amo y que soy la mujer de su vida".

Dejá de dedicarle estados en FB, nicks en el chat y hacer compilados depresivos que expresen todo lo que sentís.

Pero principalmente, pibita, pará de pensar que tenés que cambiar para que te acepte, para que te ame y quiera estar con vos; que la razón para ese cambio, ese corte de pelo y para por fin empezar esa dieta, seas vos y nadie más que vos.

Te aseguro que ya va a venir alguien que va a morir por todo lo que sos... y lo que no sos también.

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