Así como para la supervivencia de una especie se necesita que ésta se adapte a los cambios en su entorno (evolución se dice, según Ross, un asunto incuestionable); las relaciones también lo necesitan.
Uno conoce a alguien, se llevan bien, cogen bien, se ríen, pelean por pavadas y se acostumbran a tenerse cerca. Luego van apareciendo los roces más importantes; la dependencia de uno, los rayes del otro y coger bien ya no alcanza.
Ese es el momento en que si no hay adaptación al otro y evolución, sólo queda la muerte.
División de bienes de una pareja de Palermo.
Hace 2 años
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