martes, 31 de mayo de 2011

De miedo


En 2007, cuando recién llegué a La Plata, con mi novio de entonces eramos adictos al video club. Estábamos registrados en por lo menos cuatro y nos pasábamos horas eligiendo qué alquilar. Luego nos atiborrábamos de comidas calóricas y snacks para encerrarnos toda la noche a "videar" (como diría Alex de Large).

Casi siempre eran dramas, suspenso o americanas indie, pocas comedias (casi siempre de Woody Allen, director que ambos amamos) y casi ninguna de terror.

¿Por qué no de terror? porque la que les escribe se considera la mujer más miedosa del mundo. La que revisa la ducha al entrar al baño, prende todas las luces cuando llega a casa, mira los espejos con pánico y, como todavía recuerda un cuento que le contaron de chica donde un loco se escondía debajo de la cama, no puede sacar ninguna parte del cuerpo y tenerla cerca del borde de la misma.

La peor experiencia que tuve, lejos, fue cuando vi en el cine The Omen; esa versión pedorrísima con Julia Stiles. Pero no la tengo en cuenta porque evidentemente andaba pasando por alguna fase traumática o algo así, sino no se explica por qué me paralizó tanto.

La que sí me paró el corazón, me hizo llorar del terror, paranoiquear, convertirme en la siamesa de mi novio por días y no volver a mirar una película de horror por meses, fue La Habitación del Niño.

Película española dirigida por el flashero de Alex de la Iglesia y que nunca esperé que me conmocione de esa manera.

Habiendo tomado distancia y hasta olvidado muchos detalles de la historia, la googleé y me encontré con algunas críticas donde la acusan de empezar bien pero derrapar al final, de nunca meter miedo sino más bien suspenso y demás comentarios típicos de quien no disfrutó una película del género.

No sé, chicos, yo la sufrí; me congeló el alma y me hizo decir: NUNCA MÁS.

Claro que ese "nunca más" no fue eterno y seguí asustándome de lo lindo... pero jamás de esa manera.

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