sábado, 2 de julio de 2011

Un día hay vida. Por ejemplo, un hombre de excelente salud, ni siquiera viejo, sin ninguna enfermedad previa. Todo es como era, como será siempre. Pasa un día y otro, ocupándose sólo de sus asuntos y soñando con la vida que le queda por delante. Y, entonces, de repente, aparece la muerte.
(la invención de la soledad, Paul Auster)

2 comentarios:

  1. Hola. Sin afán de ser fatalista, la única certeza de esta vida es que algún día vamos a morir.

    Me parece una muy bena premisa que aunque no haya signos apqarente un día a alguien se le aparezca la muerte. También me llamó la atención aquello de "soñando con la vida que le queda por delante. Y, entonces, de repente, aparece la muerte."; porque dicen que cuando está próxima la muerte de una persona, ésta deja de soñar, de tener sueños.

    Voy a conseguir el libro.

    Saludos y que tengas excelente sábado.

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  2. Existe algo llamado apetito de inmortalidad. Me niego a creer que sea imposible. También está la posibilidad de trascender.

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