"Voy a ir temprano" dije, y terminé saliendo de casa a las 12 y algo. Me fui caminando por 7, la calle más concurrida de La Plata parecía ser el escenario de una película apocalíptica. No había nadie y zás! me cruzo con un amigo y el papá. Charlé un ratito y seguí camino a la comisaría donde tenía que ir a justificar por qué no voto.
Me comí una cola de cuadra y media para que me digan que no era la comisaría que me correspondía, sino que tenía que ir a una en la otra punta de donde estaba. Ni lerda ni perezosa, me volví al final de la fila (que esta vez daba vuelta de la manzana), y le pregunté a dos chicos, que resultaron ser hermanos (uno más partible que el otro, by the waaaay) si podía decir que vivía con ellos. Con buenísima onda me dijeron que sí, me ayudaron a memorizar la dirección y justificamos juntos. Nos preguntaron si vivíamos juntos, uno de ellos dijo que yo era su novia. Pum pam! tenía mi certificado con cambio de domicilio incluido. Nos despedimos, agradecí el gesto y me fui a la plaza cerca de casa para tirarme en el césped cual lagarto cansado.
Ah, me olvidé los auriculares sino hubiese escuchado esto:
División de bienes de una pareja de Palermo.
Hace 2 años
Lo que se llama "epic win"
ResponderEliminarStrokes es la sal de la tierra.
¡Jajajajajaja!
ResponderEliminarA eso se le llama solucionar los problemas.
Hola. Me pareció una solución muy ingeniosa y práctica, y que amables los hermanos al ayudarte. A veces también me dan ganas de tirarme como lagarto en el cesped -jajaja...-
ResponderEliminarSaludos, que tengas excelente día.