miércoles, 16 de marzo de 2011

Dormir en pijamas, comidas calóricas (hoy cociné estofado de conejo), bufandas de noche y remeras, con reservas, de día. Camperas grandotas que reducen la movilidad, viento y remolinos de tierra. Hornear tartas y galletitas a la hora de la siesta para disfrutar a la hora del té y ropa secada al sol.

Qué lindo el (casi) otoño en mi sur querido. Mejor dicho, qué lindas todas las estaciones. Justo lo que necesitaba antes del volver a ese lugar húmedo donde vivo hace 4 años pero que nunca sentiré mío.

Porque soy el vivo ejemplo de la frase: Dime de dónde vienes, y te diré quién eres.


2 comentarios:

  1. vos sabés desde hace cuánto que vengo con ganas de comer conejo? me dejaste mas manija todavíaa, grr.

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  2. Jey :) Que bonito narras ;D Me encanta :D Pues donde vivo va entrando la primavera, bueno, falta poco ;D

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