jueves, 10 de noviembre de 2011

Hoy estaba en la calle y pasó un colectivo de línea especial. De esos que llevan alumnos que van a alguna excursión o algo por estilo. La cosa es que en la última ventanilla un nene de unos 16 años me saludaba con gran ahínco y sonreía hasta con los ojos. Cuando me di cuenta, observé a mi alrededor si alguien lo estaba mirando, saludando, pero no; el nene me miraba a mi y yo no reaccioné a tiempo para devolverle el saludo. Me caminé todo el trayecto a casa con cierta actitud alicaída, con miedo a haberlo dejado un poco triste.

1 comentario:

  1. Estás un poco negativa. El hecho que llaónmaste su atención,lo hiciste sonreir. Tal vez hasta le levantaste el ánimo. Sólo con existir.
    Tal vez se te pueda calificar como una musa.

    ResponderEliminar