Hay un mercado a una cuadra de mi edificio donde ya todos me conocen. Voy siempre (rara vez visito los supermercados grandes) y tal asiduidad se traduce en conseguir que me corten fiambre cuando ya están cerrando, me vayan a buscar algo al depósito, dividirme la bolsa de verduras, etc.
A lo que quiero llegar es que yo, en ese lugar, me muevo con ventaja.
Hoy particularmente, mientras elegía de la góndola un pan lactal, agarré (como quien agarra una señal de wi-fi) una conversación empezada sobre alguien que había muerto.
-En la radio lo escuché, pero raro que no dijeron más que eso. Decía una mujer de dentadura prominente.
-Ay, si a mi me sacan una gota de sangre y ya me desmayo, imaginate que te saquen TANTO. Decía otra clienta mientras pedía 100 grs de paleta especial.
Mientras esto sucedía, yo me iba acercando lentamente, como quien no quiere la cosa, tratando de descifrar a el desafortunado personaje como si fuera una novela de Agatha Christie.
-No, no. Igual ella ya estaba muy mayor. Andaba en bastón decían.
Decenas de nombres pasaban por mi cabeza, mientras descartaba.
-Si fuera una mujer de la talla de Mirta Legrand la radio estaría hablando del tema. Pensaba.
El fiambre fue cortado y la señora marchó; la mujer de dentadura llamativa buscó en silencio entre los quesos envasados y emuló a la primera.
Veo que la empleada de la fiambrería (que antes atendía la panadería) se queda sola. Le dirijo una mirada inmediata, mi intención era preguntarle, con toda la confianza que antes mencioné, el nombre de la persona que revoloteaba como una gran incógnita en la conversación de las mujeres.
No llego a abrir la boca que me tira un: El otro día vino tu papá!. Le pregunté por vos, me dijo que estabas vacacionando.
Ok. Mi papá vive a 1500 km del mercado, nunca pisó el lugar, cómo puede ser que ella crea conocer a mi padre? y por último... señora, con tal disparatada situación ME HIZO OLVIDAR PREGUNTAR POR LA MUJER!.
Todavía sigo leyendo el diario para ver si algo sale publicado.