Vengo a escribir al blog medio de compromiso; paradoja existencial porque este espacio estraterósfico (?) me genera sentimientos culposos pero no, ponele, la facultad, la cual tampoco denota en mi atisbo alguno de responsabilidad.
La cosa es que estoy escuchando mucho George Harrison y estoy como contenta. No, no se preocupen que sigo siendo bastante oscurita en algunos aspectos, como por ejemplo el novio que no es tan novio y no sé, todo se va hundiendo como barco maldecido por pitufos ecologistas. Hoy empecé a aprender a tocar en la guitarra Something y si bien no es lo que más me motiva, escucharla cantar a mi profe/amigo es un placer. Placer, placer. Además me dijeron: aprendí un tema para tocarte a vos. Y paf! el tema te patea en el orto, te caes al piso y no sabés si te vas a poder levantar.
En menos de un mes cumplo 23. Mi cumpleaños siempre me agarra bastante negativa pero hoy mientras volvía caminando a mi casa, me di cuenta que he leído bastantes libros, escuchado mucha música, cogido, besado, amado, escrito (algo.poco), reído. Y tan mal no parece estar todo, no?